Reflexión del Evangelio día Juan 14, 27-31.

Evangelio día Juan 14, 27-31. V Semana del Tiempo Pascual Ciclo C.

 No se turbe vuestro corazón, ni se acobarde

El evangelio de hoy nos presenta las palabras finales del discurso de despedida de Jesús a sus discípulos. El Señor se dirige a ellos con el saludo de la paz, habitual en las despedidas, pero Jesús añade algo más, él les da “su” paz, como don y promesa. Es su paz la que él deja a sus discípulos como un “regalo” duradero y permanente en su despedida. La paz de Cristo abraza a sus discípulos y los llena de su vida, su amor y su alegría, puesto que la comunidad de Jesús ha de ser en medio del sufrimiento y el dolor que marcan las situaciones de cada época y lugar, un remanso de paz verdadera, no como la paz que da el mundo, tan frágil y cambiante.

A continuación, el Señor exhorta a los discípulos a que no se turbe su corazón, a mantenerse firmes, a superar los miedos porque Jesús permanece a su lado: “me voy y vuelvo a vuestro lado”. Todo está previsto y preanunciado. La comunión de los discípulos con el Maestro y con Dios, les proporciona la seguridad en que su amor y paz están siempre en ellos. Jesús ha insistido en que los discípulos le amen y se mantengan firmes en su palabra aun cuando está a punto de partir.  Está amaneciendo una nueva era y hay razones para la alegría.

El amor de los discípulos a Jesús debe llevarlos al gozo y al jubilo de quienes confían en el Amigo. Él parte hacia el Padre. La fe no deberá temblar cuando llegue el momento: el camino concreto de regreso al Padre, la muerte en cruz no debe quitarles la paz, sino que debe proporcionarles una alegría duradera. Cristo es el enviado obediente del Padre, y su venida al mundo y su retorno al que le envió no constituyen algo irrelevante para los discípulos. La partida de Jesús es diferente a cualquier otra. A pesar de que parezca lo contrario, el príncipe de este mundo no tiene ningún poder sobre Jesús, cuya partida es el resultado de su respuesta amorosa a su Padre. Jesús acepta su muerte violenta a manos de sus adversarios para revelar al mundo su amor a Dios. Ya había dicho que su Padre lo amaba, ahora proclama la reciprocidad de aquel amor. Parece que ha llegado a su fin el tiempo para hablar, pero no de actuar, mejor, de padecer. La partida violenta de Jesús dará a conocer al mundo, cuánto ama al Padre y será la demostración definitiva de que acepta libre e incondicionalmente su voluntad. Jesús está preparado y dispuesto a ser fiel al Padre, ¿lo estás también tú?

En Cristo,

José Bismar Villagra Barrera

Seminarista egresado de teología.

Reflexión del Evangelio de San Juan 15, 9-17

SÁBADO DE 14 DE MAYO DE 2022

IV SEMANA DEL TIEMPO PASCUAL. CICLO C

Reflexión del Evangelio de San Juan 15, 9-17

Pbro. Asdrubal de Jesús Zeledón Ruiz.

Queridos hermanos, el Evangelio de esta día nos expresa la vida y el actuar de los apóstoles en la Iglesia, para poder entender el mensaje del Señor, quisiera reflexionar con ustedes dos puntos fundamentales del Evangelio de este día. En primer lugar, «el apóstol comparte la misma misión con Jesús», que es elegido y es enviado. Jesús y sus discípulos comparten el mismo amor que Dios Padre les ha entregado.

Este amor, ha sido compartido para todos nosotros, y estamos invitados a llevarlo a la práctica en nuestro día a día. Muchas veces cuesta amar a nuestro prójimo. Hoy, Jesús nos invita a permanecer en el amor,  el amor de Jesús a ellos y el amor del Padre a Jesús.

En segundo lugar, permanecer en el amor, significa vivir en la comunión perfecta con los hermanos en la fe y con Dios, término último de nuestro amor. El mensaje es claro: «ama a los hermanos como Dios nos ha amado» El mandamiento de Jesús es claro, ¿lo llevamos a práctica en nuestra vida cotidiana? Somos conscientes que vivimos en una sociedad donde la expresión del amor se ha ido quitando, es tarea nuestra, hacer vida este mandamiento en nuestra familia, en la Iglesia y la sociedad. ¿Te animas a esta tarea?

El verdadero discípulo de Jesús, precisamente porque se siente amado y comparte con Jesús el amor de Dios Padre, sabe que tiene que observar el mandamiento del amor. También nosotros, como discípulos nos sentimos llamados a amar: «Ámense los unos a los otros como yo les he amado» (Jn 15, 12). Por último, el verdadero discípulo de Jesús, que ha adquirido ahora la plena conciencia de ser su amigo, se siente llamado a vivir este amor hasta el final, hasta la entrega de sí mismo.

Entonces podremos alcanzar el ideal propuesto por Jesús: «Ya no los llamo siervos… a ustedes los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que he oído de mi Padre» (Jn 15, 15). Señor Jesús, quiero ser tu amigo. Sé que necesitas colaboradores libres y alegres, y yo quiero ser uno de ellos.

¡Para bien de nuestros hermanos, y nuestra propia salvación! Que así sea.

Reflexión del Evangelio de San Juan 14, 1-6

VIERNES DE 13 DE MAYO DE 2022

IV SEMANA DEL TIEMPO PASCUAL. CICLO C

Reflexión del Evangelio de San Juan 14, 1-6

Pbro. Concepción de Jesús Hernández Lanzas

Los apóstoles, reunidos en torno a Jesús en el cenáculo, después del anuncio de la traición de Judas, de las negaciones de Pedro y de la inminente partida del Maestro, han quedado profundamente afectados. El desconcierto y el miedo han inundado la comunidad. Jesús lee en el rostro de sus discípulos una fuerte turbación, un peligro para la fe, y por eso les anima a que tengan fe en el Padre y en él.

Si el Maestro exhorta a sus discípulos a la confianza es porque él está a punto de irse a la casa del Padre a prepararles un lugar. No deben entristecerse por su partida, porque no los abandona; más aún, volverá para llevarlos con él.

Los apóstoles no comprenden las palabras de Jesús. Tomás manifiesta su absoluta incomprensión: no sabe la meta hacia la que se dirige Jesús ni el camino para llegar a ella; y es que entiende las cosas en un sentido material. Jesús, en cambio, va al Padre y precisa el medio para entrar en contacto personal con Dios: «Yo soy el camino, la verdad y la vida».

Esta fórmula de revelación es una de las cumbres más elevadas del misterio de Cristo y de la vida trinitaria: el hombre-Jesús es el camino porque es la verdad y la vida. En consecuencia, la meta no es Jesús – verdad, sino el Padre, y Jesús es el mediador hacia el Padre. La función mediadora del hombre-Jesús hacia el Padre está explicitada por la verdad y por la vida. El Señor se vuelve así, para todos los discípulos, el camino al Padre, por ser la verdad y la vida. Él es el revelador del Padre y conduce a Dios, porque el Padre está presente en él y habla en verdad. Él es el «lugar» donde se vuelve disponible la salvación para los hombres y éstos entran en comunión con Dios.

Jesús también me dice a mí hoy: «No te inquietes». Tú sabías, Señor, que también había de llegar para mí el momento de la inquietud y la turbación. Para mí y para tantos otros como yo. ¿Cómo es posible no sentirse inquieto en un mundo lleno de atrocidades y miserias? Jesús responde a mi inquietud asegurándome que «también hay un lugar para mí» allí donde está él, un lugar preparado para quien, a pesar de la inquietud, persevera con él en las pruebas y en la tormenta.

Jesús sigue siendo hoy, el camino, la verdad y la vida: con él es como podemos y debemos atravesar los ciclones de la avidez y de la sensualidad sin límites y los vientos huracanados de la injusticia y del cinismo. En el caminar de nuestra vida, con nuestros altibajos, debemos decir como Pedro: «¿señor a quien iremos? Solo Tú tienes palabras de vida eterna».

Reflexión del Evangelio del día Jn 12, 44-50

Reflexión del Evangelio del día Jn 12, 44-50. IV Semana del Tiempo Pascual. Ciclo C.

Pbro. David Flores Espinoza

Hoy vemos un ejemplo muy grande en estos dos grandes hombres, Bernabé y Saulo que han confiado en Jesús aún en medio de las adversidades, porque las promesas de Dios supcisten para siempre, nos recuerda el Evangelio: “el que cree en mí no quedará en tinieblas”.

Oír la Palabra y cumplirla, con la gracia del Espíritu Santo, nos da la capacidad de tener mayor confianza y paz interior nos permiten mirar la realidad de otra manera. Claro que tenemos derecho a reclamar, pero un creyente no puede derrumbarse porque no está solo. Tenemos que creer siempre en la asistencia amorosa de Dios a través de su Espíritu Santo, porque incluso en medio de las oscuridades de nuestra vida la acción del paráclito está actuado.

Jesús ha venido al mundo como luz, leemos en el Evangelio. Dejemos que esta claridad ilumine nuestras sombras, disipe nuestras tinieblas y nos permita fijar el rumbo en Jesús Resucitado, guía de nuestro caminar.

Reflexión del Evangelio del día

Martes 10 de mayo de 2022.

Reflexión del Evangelio de Jn 10, 22-30

IV Semana del Tiempo Pascual. Ciclo C.

Seminarista: José Bismar Villagra Barrera.

Las ovejas del rebaño de Jesús distinguen la voz de su pastor entre los miles de voces que escuchan (Jn 10,3) El Evangelio de Juan que nos propone la liturgia, nos vuelve a insistir en la idea de Jesús como Buen Pastor que llama a sus ovejas y cuida de ellas, hasta dar la vida, con un amor sin límites. ¿Qué nos puede pasar con un cuidador de tanta categoría? Actúa, trabaja y confía, porque el “pastor” cuida de ti como cuidó de los primeros discípulos, ha cuidado a tantos creyentes y nos seguirá cuidando a los que sigamos escuchando su voz.

Esta escena tiene lugar en el templo, durante la fiesta de la Dedicación al mismo. En ésta se conmemoraba la nueva consagración del altar del santuario que había sido profanado años antes por Antíoco Epífanes (164 a. C). Jesús se pasea por el pórtico de Salomón que rodea la gran explanada, situada al lado Este del templo. Los enemigos hacen grupo a su alrededor, en cierta manera, acosándolo como hacen los hombres violentos contra el justo del Sal 22, y provocándolo a fin de que diga una palabra que sirva de excusa para la condenación oficial: «¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente».

En el fondo, el conflicto viene dado porque la imagen del Mesías de aquellos coetáneos de Jesús dista mucho de la imagen del Mesías con la que se auto presenta el Maestro de Nazaret. Mientras la primera responde a un líder nacionalista y político contra la ocupación romana, Jesús se identifica con el Mesías de la promesa davídica encarnado en el pastor de Ezequiel, que “apacienta a sus ovejas y las hace reposar, busca la oveja perdida, recoge a la descarriada, venda a las heridas, fortalece a la enferma” (Ez 36,15-16).

Sus obras, los signos realizados, han ido mostrando esa realidad, pero no han querido creerle porque no son de sus ovejas. En cambio, sus ovejas escuchan su voz, y Él las conoce en sus luces y sus sombras. Las ovejas del rebaño de Jesús distinguen la voz de su pastor entre los miles de voces que escuchan (Jn 10,3) y van tras Él porque saben que solo Él puede ofrecer la vida para siempre, esa que transforma toda la existencia, aquí ahora, y luego en “la otra vida”; esa vida eterna no es ni más ni menos que sumergirse en la comunión amorosa del Padre y del Hijo, participar de su vida divina, unirse a la danza eterna del Dios Trinidad.

El evangelio me tiene que interpelar ¿soy de las ovejas de Jesús Pastor? ¿Reconozco su voz entre otras muchas? ¿Qué signos experimento que me hacen saberme sumergido en el Dios Trinidad? ¿Cómo ayudo a otros a encontrarse con ese Pastor cuidadoso que da Vida y Vida en abundancia?

En Cristo,