Reflexión del Evangelio de San Lucas 6, 6-11

Lunes 11 de septiembre de 2023

Reflexión del Evangelio de San Lucas 6, 6-11. Ciclo A

Autor. Padre Asdrubal de Jesús Zeledón Ruiz.

Queridos hermanos, reciban gracia y paz de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús, el Señor. Dios por medio de su Hijo, Jesucristo continúa haciendo grandes signos y prodigios, su enseñanza en la sinagoga es acompañada de un milagro, la curación a un hombre que tenía la mano paralizada.

Por ello, me gustaría compartir con ustedes tres ideas: la curación de un hombre, Jesús exhortación a los fariseos y escribas, la actitud de los fariseos y escribas.

  1. La curación de un hombre

Te imaginas cuánto tiempo pasó sufriendo esta persona que padecía esta enfermedad, Jesús, estaba en la sinagoga enseñando, dirige su mirada a aquel hombre que tenía la mano paralizada, en medio del silencio de este hombre, el Señor lee en su rostro la súplica, tiene compasión y le cura.

Jesús se da cuenta del dolor de aquel hombre y lo ayuda. Cuando estamos viviendo momentos como éste, nos acercamos a Dios con fe para que nos ayude, he sido agradecido con los milagros que recibo de Él día a día.

  1. Jesús exhorta a los fariseos y escribas

Jesús da una exhortación a los fariseos escribas, Él sabe la intención que tienen ellos, es ponerlo en juicio ante el signo que hará, sin embargo, les dirige una pregunta: ¿Qué es lo que está permitido hacer en sábado el bien o el mal, salvar la vida o acabar con ella?

En la vida a veces nos pasa igual que los fariseos y escribas, criticamos con facilidad, evadiendo la buena intención que tiene otra persona en ayudar, Jesús, dirigiendo su mirada a todos, curó al hombre. En los momentos de dificultad tenemos que esperar, confiar y creer que el Señor vendrá en nuestra ayuda.

  1. La actitud de los fariseos y escribas

Los fariseos y escribas se pusieron furiosos ante el milagros realizado por Jesús, Dios desea regresar la alegría de quien la ha perdido ante el dolor y el sufrimiento de la enfermedad.

Jesús nos enseña una actitud más profunda y cercana a quien padece, tolera y soporta la enfermedad, desea hacer el bien, pues Él tuvo compasión y le curó.

Pidamos al Señor, nos conceda siempre la gracia de vivir la novedad del Evangelio, fuerza y salvación de los que creen y confían en Él.

¡Para bien de la iglesia y nuestra propia salvación! Amén.

Publicado en Reflexión del Evangelio.

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