Reflexión del Evangelio del día Mt 5, 38-42. XI Semana del Tiempo Ordinario. Ciclo C.
Por el Padre Asdrubal de Jesús Zeledón Ruiz. Pastoral de Comunicación de la Diócesis de Jinotega-Nicaragua.
Queridos hermanos y amigos reciban gracia y paz de Dios nuestro Padre, y de Cristo Jesús, el Señor.
En este día, me gustaría reflexionar con ustedes algo del Evangelio, el Señor nos llama a reflexionar sobre nuestra identidad de cristiano. Las actividades de la vida cotidiana se han de vivir de forma extraordinaria y única; las acciones que usted hace día a día, digan algo de su vida.
Hoy el Señor nos dice: «han oído que se dijo: Ojo por ojo, diente por diente, yo les digo no hagan resistencia al hombre malo» El comportarse como cualquiera, lo hace todo mundo, en cambio, ser cristiano es actuar diferente a las compensaciones del mundo. Nos damos cuenta de las exigencias y demanda de las buenas acciones, si el otro no me ama, estoy obligado amar, el cristiano está invitado a amar.
No podemos limitar nuestra forma de vivir, las acciones deben ser óptimas para ser ejemplo en la comunidad. El Señor, nos llama a ser generosos a actuar cristianamente frente a la vida. Así mismo, nos llama a saber disculpar, a darle la razón al otro, a saber perdonar de corazón y ser misericordiosos como lo es el Señor con nosotros. «Si alguno te abofetea la mejía dale la otra, a quien te quiera ponerte pleito, para quitarte la túnica, dale también el manto». Es una actitud de vida, en la cual mi corazón sea generoso, misericordioso y compasivo. No se trata de aguantar todo en la vida, sino saber enfrentar en la vida cotidiana los momentos difíciles y adversos, vivir desde la fe cristiana.
Habrá el momento en que se deben tomar decisiones claras y concretas, por mencionar, la injusticia ante la violencia de los derechos humanos donde se vive el silencio de los no tienen voz. Ser cristiano es tornarse misericordioso con los demás, ser diferente, hacer las cosas bien, ser testimonio, que quien nos puede logre alcanzar la fe por el testimonio de vida.
Perdonar y amar puede resultar difícil para el cristiano, y aunque resulte difícil vivir el amor de Dios, para Dios es posible alcanzar el bien, querer a los demás a pesar de su mal proceder, el amor auténtico de Jesucristo, es viable alcanzar lo incomprensible ante la razón humana, Dios nos da oportunidad para crecer y alcanzar la fe. ¡Para bien de la Iglesia y nuestra propia salvación! Amén.