Reflexión del Evangelio de San Juan 3, 31-36

Jueves 28 de abril de 2022. Ciclo C. II Semana de Pascua

Pbro. Asdrubal de Jesús Zeledón Ruiz

El Padre ama al Hijo y todo lo pone en sus manos (Jn 3, 35).

El hombre es capaz de responder al amor de Dios, Dios como Padre, da a su propio Hijo, fuente de vida, que entrega su amor para destruir el pecado y la muerte.

Para nosotros, las palabras que dirige Jesús es un reto, al participar del discipulado, una obra que se va construyendo gracias a la experiencia del mismo Jesús. «Él viene del cielo y está por encima de todos, y da testimonio de lo que ha visto y oído» (Jn 3, 32). Nosotros, ¿damos testimonio de la Palabra que escuchamos cada día, cuando nos acercamos a vivir la Eucaristía?

Hemos ido creando el hábito  de leer la Sagrada Escritura, que me invita a dar la razón del amor de Dios Padre, que se ha revelado en su Hijo Unigénito. Esta es la realidad profunda del ser de Jesús, no sólo recibe todo del Padre, sino también Él transmite a su vez cuanto posee. La Palabra de Dios debe penetrar el corazón del hombre, se escucha, se vive y se da testimonio.

Al final, la Palabra de Dios, nos debe llevar a todos los hombres a alcanzar la conversión del corazón. Y quien acepta su Palabra, deja lugar al Amor que lo trasciende y encuentra lo que nadie puede conseguir, poseer la vida eterna.

¡Para bien de las almas y nuestra propia santificación! Así sea.

Reflexión del Evangelio Jn 3, 16-21

Miércoles 27 de abril de 2022. Ciclo C. II Semana de Pascua

Pbro. David Flores Espinoza

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único (Jn 3, 16).

¿A través de qué podemos comprender que tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único? ¿Cómo experimentar este tanto amor que Dios nos tiene, en medio de nuestro propio pecado?

La respuesta es sencilla: Todo lo que hace Dios es por amor. Todo lo que sale de las manos de Dios es producto del amor, porque Dios es Amor, no sabe más que amar. Y nosotros somos obra de sus manos, hechos a imagen y semejanza suya, según el libro del Génesis.  Somos obra de su amor, pero Dios ama al pecador más no al pecado.

Esta fue la intención amorosa de Dios con el envío de su hijo Jesús. Pero no quiere salvarnos de nuestros pecados sin nuestra colaboración. Nos deja libres para tomar o rechazar su bello regalo. Entonces desde nuestra propia libertad podemos aceptar a Jesús, su salvación, la vida y eterna; o podemos ejercer nuestra libertad rechazando su regalo, que nos libera del pecado y de la muerte. “El que cree en él, no será condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios”. Aceptemos este regalo maravilloso de Dios, en nuestras manos está elegir. Una eternidad con Dios en la asamblea de los bienaventurados o una eternidad lejos de Dios.

Reflexión del Evangelio del día Lc 11, 14-23

Jueves 23 de marzo de 2022.          Ciclo C.         III Semana de Cuaresma

Pbro. Asdrubal de Jesús Zeledón Ruiz.

La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas.

El Evangelio de este día, Jesús realiza la expulsión de un demonio, que era mudo. Jesús cuando realiza acciones o prodigios, suele estar acompañado de la multitud. El bien procurado por Jesús a esta persona, despierta admiración por la multitud. Sin embargo, alguno que dicen: «Este expulsa los demonios con el poder de satanás, príncipe de los demonios» (vv. 15).

Jesús que ha venido a combatir las fuerzas del mal, el demonio. Él es el único que lo puede echar fuera. Algunos de la multitud, han calumniado y acusado a Jesús, el demonio utiliza las miles de astucias para debilitar los prodigios realizados por Jesús. Jesús, es contundente en su respuesta: «Si satanás lucha contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su reino?» (vv.17).

El poder de Dios se realiza por medio de su Espíritu, que hace grandes cosas. Jesús es liberador del pueblo, que arroja los demonios con su propio poder divino, eso significa que el Reino de Dios ha llegado a nosotros.

«El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama» (vv. 23). No hay alternativa posible para acceder al Reino de Dios. Dios por medio de su Hijo Jesús, revela todo el misterio de Dios y la lucha entre el bien y el mal, es decir, a favor o en contra de Cristo y su Reino, y no tenemos otra opción válida que obedecer a las acciones del bien, es el único camino que nos conduce a la vida plena.

No demos lugar al demonio, necesitamos hacer frente al mal. El príncipe de las tinieblas aspira a todos los medios, para perder el alma del que desea liberarse del mal que lo domina, el demonio. Que sea nuestro este deseo, Cristo es más fuerte y vence el mal; «no seas vencido por el mal, al contrario, vence con el bien el mal» (Rm 12, 21).

Les recuerdo, la salvación consiste en obedecer a Cristo. Para el bien de las almas y nuestra propia salvación. Te bendiga Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.

Reflexión del Evangelio del día Lc 4, 24-30

Lunes 21 de marzo de 2022. Ciclo C. III Semana de Cuaresma

Pbro. Asdrubal de Jesús Zeledón Ruiz.

Queridos hermanos, el Evangelio de este día, nos presenta el episodio en el que Jesús regresa a su tierra, Nazaret, dentro de la fase inaugural de la misión de Jesús. «Ningún profeta es recibido en su propia tierra» (vv. 24).

El prólogo de San Juan, nos puede ayudar a entender mejor el rechazo de la Buena Nueva de Salvación de Jesús por los mismos paisanos de Nazaret. «Vino a los suyos, y los suyos no lo recibieron» (Jn 1, 11). El profeta es el que habla en nombre de otro, el que lleva el mensaje de otro, pero Jesús es el profeta por excelencia, el Mesías esperado, en el que todas las profecías dan su cumplimiento.

Lo mismo que sucedió en tiempos de Elías y Eliseo, Jesús no es bien recibido entre los suyos. Muchas veces el orgullo nos gana, y nos creemos tener la razón de todo; Jesús habla al pueblo en la sinagoga, cuando no escuchamos lo que agrada o lo que nos place, somos capaces de hacer lo peor, «le echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo» (Lc 4, 29).

Las palabras de Jesús lo explican mejor, el testimonio de Elías y Eliseo lo confirman. ¿Cuál es el obstáculo para acoger y escuchar con humildad la Palabra de Dios? Pueden haber muchas razones: sociales, culturales, políticas etc. Todos estamos invitados a oír la palabra revelada, que no debe de tener frontera y que no excluye a nadie. La viuda de Sarepta en Sidón y Naamán el Sirio, extranjeros, acogen la salvación, ofrecida a todos, pero rechazada precisamente por sus primeros destinatarios.

Estamos invitados a escuchar y vivir la Palabra de Dios, que sea nuestro deseo, crecer en el camino del Evangelio. Para bien de las almas y nuestra propia salvación.

Les bendiga Dios Todo poderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y les acompañe siempre. Amén.

Reflexión del Evangelio del día Mt 1,16.18-21.24

Sábado 19 de marzo de 2022

Solemnidad de San José, Patrono de la Iglesia Universal

Pbro. Asdrubal de Jesús Zeledón Ruiz.

Queridos hermanos, celebramos en la Iglesia la Solemnidad de San José, padre de Jesús, esposo de la Santísima Virgen María y declarado Patrono de la Iglesia Universal por el Papa Pio IX en 1847. San José es el hombre del silencio, de él no se conocen palabras pronunciadas en la Sagrados de la Escritura, pero sí sus obras, su fe y amor influyeron en Jesús.

El Evangelio de San Mateo, refleja el anuncio a San José. En este anuncio, el ángel manifiesta a José su misión de Padre, revela la forma en que el hijo es concebido por María, «por obra del Espíritu Santo», quien será el Mesías de Israel, el Salvador. El texto sagrado, va detallando como sucedió este gran acontecimiento, y dice textualmente: «Antes de que ellos empezaran a vivir juntos, ella se encontró encinta por el poder del Espíritu Santo» (Mt 1,18).

Mateo, empieza dando tres datos importantes: a) María estaba comprometida con José, b) que aún no habían vivido junto, c) quedó embarazada por obra del Espíritu Santo. Lógicamente, José conocía las tres afirmaciones, y busca soluciones para estas tres afirmaciones. Puede haber alguien que diga: y José sabia del embarazo divino de María. Claro que sí, un ángel le avisa en sueños que el hijo de María es obra del Espíritu Santo.

Esto, es lo que da certeza y veracidad el mensaje del Ángel: «José, no tengas miedo en tomar contigo a María, porque si bien lo que ella ha concebido viene del Espíritu Santo, dará a luz a un hijo a quien tú pondrás por nombre Jesús».

El hombre justo, que nos ofrece una historia verdadera, San José se las ingenió en buscar solución a cada circunstancia que enfrentaba en su día a día. Para José, no fue fácil asumir la paternidad que no era suya, y la enorme responsabilidad de ser maestro y guía de quien un día, iba a ser el Pastor de Israel. Para quienes son padres de familia, están invitados a seguir el ideal de este santo, sobre todo el respeto, la obediencia y la humildad; actitudes interiores junto a su misión, única y maravillosa.

Esto fue lo que ayudó a mantener la santidad cristiana, a María y su esposo, el estar junto en todos los momentos, desde su concepción cfr. Mt 1, 18, y la huida a Egipto para resguardar la vida del niño Jesús, cfr. Mt 2, 13.15,  hasta buscar un lugar para su que esposa diera a luz, pero no había lugar para ellos, cfr. Lc 2, 7, e ingeniárselas armó un establo para ver nacer a su Hijo Jesús.  En esta vida, tenemos que buscar soluciones a las diversas dificultades que vivimos en nuestra familia.  «San José, mi predilecto, ven a mi casa, que te espero… maestro de vida interior, enséñame a orar, a sufrir y a callar». Para bien de las almas, y nuestra propia salvación.

San José protector de la Iglesia Universal. Ruega por nosotros

¡Bendiciones a todos!