Reflexión del Evangelio del día Mt 1,16.18-21.24

Sábado 19 de marzo de 2022

Solemnidad de San José, Patrono de la Iglesia Universal

Pbro. Asdrubal de Jesús Zeledón Ruiz.

Queridos hermanos, celebramos en la Iglesia la Solemnidad de San José, padre de Jesús, esposo de la Santísima Virgen María y declarado Patrono de la Iglesia Universal por el Papa Pio IX en 1847. San José es el hombre del silencio, de él no se conocen palabras pronunciadas en la Sagrados de la Escritura, pero sí sus obras, su fe y amor influyeron en Jesús.

El Evangelio de San Mateo, refleja el anuncio a San José. En este anuncio, el ángel manifiesta a José su misión de Padre, revela la forma en que el hijo es concebido por María, «por obra del Espíritu Santo», quien será el Mesías de Israel, el Salvador. El texto sagrado, va detallando como sucedió este gran acontecimiento, y dice textualmente: «Antes de que ellos empezaran a vivir juntos, ella se encontró encinta por el poder del Espíritu Santo» (Mt 1,18).

Mateo, empieza dando tres datos importantes: a) María estaba comprometida con José, b) que aún no habían vivido junto, c) quedó embarazada por obra del Espíritu Santo. Lógicamente, José conocía las tres afirmaciones, y busca soluciones para estas tres afirmaciones. Puede haber alguien que diga: y José sabia del embarazo divino de María. Claro que sí, un ángel le avisa en sueños que el hijo de María es obra del Espíritu Santo.

Esto, es lo que da certeza y veracidad el mensaje del Ángel: «José, no tengas miedo en tomar contigo a María, porque si bien lo que ella ha concebido viene del Espíritu Santo, dará a luz a un hijo a quien tú pondrás por nombre Jesús».

El hombre justo, que nos ofrece una historia verdadera, San José se las ingenió en buscar solución a cada circunstancia que enfrentaba en su día a día. Para José, no fue fácil asumir la paternidad que no era suya, y la enorme responsabilidad de ser maestro y guía de quien un día, iba a ser el Pastor de Israel. Para quienes son padres de familia, están invitados a seguir el ideal de este santo, sobre todo el respeto, la obediencia y la humildad; actitudes interiores junto a su misión, única y maravillosa.

Esto fue lo que ayudó a mantener la santidad cristiana, a María y su esposo, el estar junto en todos los momentos, desde su concepción cfr. Mt 1, 18, y la huida a Egipto para resguardar la vida del niño Jesús, cfr. Mt 2, 13.15,  hasta buscar un lugar para su que esposa diera a luz, pero no había lugar para ellos, cfr. Lc 2, 7, e ingeniárselas armó un establo para ver nacer a su Hijo Jesús.  En esta vida, tenemos que buscar soluciones a las diversas dificultades que vivimos en nuestra familia.  «San José, mi predilecto, ven a mi casa, que te espero… maestro de vida interior, enséñame a orar, a sufrir y a callar». Para bien de las almas, y nuestra propia salvación.

San José protector de la Iglesia Universal. Ruega por nosotros

¡Bendiciones a todos!

Publicado en Evangelio del Dia.

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