Reflexión del Evangelio del día Mateo 9, 18-26.

Reflexión del Evangelio del día Mateo 9, 18-26. XIV Semana el Tiempo Ordinario. Ciclo C.

Por el Pbro. Asdrubal de Jesús Zeledón Ruiz. Pastoral de Medios de Comunicación Social Diócesis de Jinotega-Nicaragua.

Queridos hermanos, reciban gracia y paz de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús, el Señor. Dios continúa haciendo grandes obras en nuestras vidas, nos acercamos a él como nuestro Señor y salvador, todo ha sido puesto en sus manos, y lo que para el hombre es imposible para Dios es posible, cuando confías en Él, «la fe sana, transforma y cura» Pbro. Rafael Ríos G.

Jesús en el Evangelio de este día realiza dos milagros: la curación una hemorroisa y la resurrección de la hija de un jefe de la sinagoga, en ambos prodigios es decisiva la fe y el contacto con Jesús. Esta es la convicción que debería de tener todo cristiano, Jesús anuncia el Reino de Dios, trayendo la buena noticia, realizando milagros, prodigios y todos  aquellos que escuchaban hablar de Él, en su corazón se encendía la fe.

Lo esencial del mensaje es la fe. En primer lugar, el funcionario (Jairo) ruega  a Jesús por su niña, que está ya muerta, en segundo lugar, la mujer que padece flujo de sangre desde hace doce años, sin obtener mejoría, más bien, había empeorado; lo imposible ante la razón humana y la ciencia, la fe logra alcanzar el poder de Jesús sobre la muerte y la enfermedad.

Confiemos siempre en el Señor, pídele con fe al Señor, la fe de esta mujer era inmensa, «se acercó y tocó la borla del manto, pues pensaba: con solo tocar el manto, me sanaré» vv. 20-21. Tu fe te ha salvado, estamos orando al Señor, has confiado siempre en Él, Jesús está presto siempre a nuestras necesidades. Cuando en nuestra vida haya una realidad difícil y humanamente no hay nada que hacer, Dios siempre puede más, y nos puede sorprender, pues sus obras son magníficas, su corazón bondadoso se compadece de la humanidad doliente.

Oye, le pregunto: ¿Estás confiando siempre en el Señor? ¿Has orado con fe? Dios quiere curarnos a todos, deja que Dios haga su parte, «el hombre o la mujer que tiene fe confía en Dios: ¡confía! Pablo, en un momento oscuro de su vida, decía: Yo sé bien de quién me he fiado, ¡De Dios! … esto nos lleva a la esperanza» S.S.P. Francisco.

La fe no solamente nos sana, la fe nos lleva a recibir la salvación integral de Dios, es por medio de la fe Dios nos da la salud del cuerpo y del alma, tu fe te ha salvado. El amor infinito de Dios no tiene medida, confía siempre en Señor, la esperanza debe ser fuerte y la valiente para confiar en el Señor.

¡Para bien de la iglesia y nuestra propia salvación! Amén.

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