Reflexión del Evangelio de San Mateo 7, 1-7

Reflexión del Evangelio de San Mateo 7, 1-7. XII Semana del Tiempo Ordinario. Ciclo C.

Por el Padre Asdrubal de Jesús Zeledón Ruiz. Pastoral de Comunicación Diócesis de Jinotega-Nicaragua.

Reciban gracia y paz de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús, el Señor.

Queridos hermanos, el Evangelio de este día, nos invita a tener cuidado de no realizar un juicios temerarios para con nuestros hermanos, pensar mal del prójimo sin tener motivos suficientes. «No juzgues y no seréis juzgado. Del mismo modo que ustedes juzguen se les juzgará». Hay quienes se dan prisa en juzgar, sin antes tener evidencias, es necesario distinguir el juicio de la sospecha, la duda o una opinión personal, cuidado, con realizar juicios temerarios contra tu hermano, dicha acción puede dañar la dignidad de la persona.

«La medida que usen, la usarán contigo» La ausencia de las virtudes humanas, nos puede llevar a la maldad de quien juzga, culmina casi siempre en el vicio de la envidia, que perturba la mente y endurece el corazón. Pero, si vemos que es necesario llamar la atención a un hermano, desde la caridad fraterna, es posible que el llamado de atención ayude a mejorar la corrección de cualquier debilidad, esto es sí saludable, ayuda a crecer en la fraternidad.

Si caes con facilidad en juzgar al prójimo, te invito que revises tu vida, como andas espiritualmente, para que tu corrección tenga validez ante tu hermano.

Nos damos cuenta, lo exigente que es el Señor, su mensaje nos compromete, ser veraces y sinceros con nosotros mismos y con Dios. «¿Cómo es posible decirle a tu hermano: déjame sacarte la mota del ojo, teniendo una viga en el tuyo?» Jesús llama la atención y critica la malicia personal de quien juzgar a otros, si usted desea ayudar a otro a corregir un error, sea compasivo y misericordioso como nuestro Padre.

Quien juzga a su hermano, excluye el perdón de Dios, y cae bajo la autoridad de la ley, que no dejará de acusarlo y de condenarlo como imperfecto. Todos somos imperfectos y débiles, cuídate mucho el estar en pie, pues tarde o temprano puedes caer en el pecado. Un examen de conciencia fuera bueno, para conocer nuestras limitaciones, admitir y aceptar nuestras debilidades, la experiencia de la vida nos enseñará a saber estar y vivir con los demás.

Que el Espíritu Santo, ilumine nuestra mente y nuestro corazón.  Dios nos conceda la gracia de comprender a los demás sin condenar, recuerda la caridad es una de las virtudes mayores del cristiano, concretizado en la expresión del mandamiento del amor. Dios nos ama a pesar de todo, el cristiano debe hacer lo mismo con sus hermanos. ¡Para bien de la Iglesia y nuestra propia salvación! Amén.

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