Reflexión del Evangelio de Lucas 17, 1-6

Reflexión del Evangelio de Lucas 17, 1-6.

Por el Padre Asdrubal de Jesús Zeledón Ruiz.

Queridos hermanos, el Evangelio de este día, el Señor presenta a sus discípulos algunas instrucciones, para que haya una realización plena en el servicio a ellos encomendado. Un llamado de atención sobre la importancia del testimonio de vida, su perdón ilimitado sin condición y el valor de la fe que responde a su acción fuerte y confiada.

Me gustaría compartir ustedes estimados lectores tres reflexiones del evangelio de este día.

  1. Hay de quien provoque escándalo. Jesús, nos invita a tener cuidado con nuestro proceder con los hermanos más débiles, nadie puede ser ocasión de pecado para la gente sencilla. Ten cuidado, cuidalo. El término pequeño está dirigido, a los humildes, los marginados y la gente sencilla, que tienen una fe débil, el cristiano debe distinguiese  de los demás, sus acciones no deben contradecir su fe.
  2. El perdón, el Señor nos invita a ser misericordiosos como el Padre. Aquí la invitación, “si tu hermano te ofende, trata de corregirlo; y si se arrepiente, perdónalo” Si siete veces viene al día y las siete veces, viene a pedir disculpas, perdónalo. El número siete en la Sagrada Escritura significa, plenitud, totalidad. En otro pasaje el Señor uno de sus discípulos le dice: “Maestro, ¿Cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano?, no solo siete veces sino hasta setenta veces siete” (Mt 18, 21), es decir siempre. Cómo no vamos a perdonar, si Dios nos ha perdonado siempre, quien ha sido perdonado por Dios, debe estar dispuesto a perdonar a los suyos, pues nadie da lo que no tiene.
  3. La fe, los discípulos piden al Señor auméntanos la fe, un momento de confianza ante la dificultad que pueden enfrentar, la fe es la que nos mueve a pedirle a Dios su gracia y fortaleza en la tarea que nos ha encomendado, es el estilo de vida que debe transformar al discípulos, confiar siempre en el Señor. Pidamos al Señor nos conceda la gracia de ser ejemplo para los demás, que estemos dispuestos a perdonar siempre y en los momentos difíciles nos aumente la fe, para no desfallecer y podamos vivir la plenitud de su gracia. ¡Para bien de la Iglesia y nuestra propia salvación!
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