De nuevo Jesús insiste, ahora desde otro ángulo, en la resistencia a la conversión. Seguramente, si somos honestos, nos daremos cuenta que han sido diversas ocasiones, a lo largo de nuestra vida o en la de algunos hermanos, en las cuales hemos sido conscientes del paso de Dios por ella.
No podemos negar que Dios ha operado en nosotros signos y prodigios (si revisamos con atención nuestra historia, reconoceremos lo visible de las maravillas de Dios). Por ello, el Señor nos invita a reflexionar hoy en cómo hemos y estamos respondiendo a estas gracias, a esta actuación continua y salvífica de Dios.
No podemos mantenernos indiferentes a la acción de la gracia, a la invitación de Jesús a cambiar de vida y a consagrársela a él. Jesús espera de cada uno de nosotros una respuesta generosa, ¿estaremos dispuestos a dársela?
En Cristo,
Diác. José Bismar Villagra