Reflexión del Evangelio de Mateo 9, 18-26

Lunes 10 de julio de 2023

XIV Semana el Tiempo Ordinario.

Por el Pbro. Asdrubal de Jesús Zeledón Ruiz. Pastoral de Medios de Comunicación Diócesis de Jinotega-Nicaragua.

Queridos hermanos, reciban gracia y paz de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús, el Señor. Dios continúa haciendo grandes obras en nuestras vidas, nos acercamos a él como nuestro Señor y salvador, todo ha sido puesto en sus manos, y lo que para el hombre es imposible para Dios es posible, cuando confías en Él, la fe sana, transforma y cura.

Jesús en el Evangelio de este día, realiza dos milagros: la curación una hemorroisa y la resurrección de la hija de un jefe de la sinagoga, en ambos prodigios es decisiva la fe y el contacto con Jesús. Esta es la convicción que debería de tener todo cristiano, Jesús anuncia el Reino de Dios, trayendo la buena noticia, realizando milagros, prodigios y todos  aquellos que escuchaban hablar de Él, en su corazón se encendía la fe.

Lo esencial del mensaje es la fe. En primer lugar, un jefe de la sinagoga,  ruega  a Jesús por su niña, que está ya muerta, en segundo lugar, la mujer que padece flujo de sangre desde hace doce años, sin obtener mejoría, más bien, había empeorado; lo imposible ante la razón humana y la ciencia, la fe logra alcanzar el poder de Jesús sobre la muerte y la enfermedad.

Confiemos siempre en el Señor, pídele con fe al Señor, la fe es esta mujer era inmensa, «con solo tocar el manto, me sanaré» vv. 20-21. Tu fe te ha salvado, estamos orando al Señor, has confiado siempre en Él, Jesús está presto siempre a nuestras necesidades. Cuando en nuestra vida haya una realidad difícil y humanamente no hay nada que hacer, Dios siempre puede más, y nos puede sorprender, pues sus obras son magníficas, su corazón bondadoso se compadece de la humanidad doliente.

Oye, le pregunto: ¿Estás confiando siempre en el Señor? ¿Has orado con fe? Dios quiere curarnos a todos, deja que Dios haga su parte, «el hombre o la mujer que tiene fe confía en Dios: ¡confía! Pablo, en un momento oscuro de su vida, decía: Yo sé bien de quién me he fiado, ¡De Dios! … esto nos lleva a la esperanza» S.S.P. Francisco.

La fe no solamente nos sana, la fe nos lleva a recibir la salvación integral de Dios, es por medio de la salvación que Dios nos da la salud para el cuerpo y del alma, tu fe te ha salvado. El amor infinito de Dios no tiene medida, confía siempre en Señor, la esperanza debe ser fuerte y la valiente para confiar en el Señor.

¡Para bien de la iglesia y nuestra propia salvación! Amén.

 

Pastoral de Medios de comunicación

Reflexión del Evangelio de San Marcos 12, 1-12

Lunes 05 de junio de 2023

IX Semana del tiempo Ordinario. Ciclo A.

Reflexión del Evangelio de San Marcos 12, 1-12

Por el Padre. Asdrubal de Jesús Zeledón Ruiz.

Queridos hermanos, el Evangelio de este día nos presenta la parábola de los viñadores malvados, dejando claro el distanciamiento entre Jesús y los dirigentes de la viña, su forma de proceder es una de las peores decisiones, lo único que buscan es la ambición de poder.

Por eso Jesús es valiente, dedica el tiempo a sus enemigos, los viñadores malvados, y cuando tiene que decir la verdad la dice, y cuando tiene que enfrentarse se enfrenta, aun sabiendo que se juega la vida.

La viña simboliza el pueblo de Dios, y los viñadores son aquellos que la dirigen. Dios que es el dueño de la viña, y no se cansa, envía a siervos los profetas a pedir el fruto que espera de su viña: el amor, la misericordia, la compasión y la ternura. Los viñadores responden con violencia, a uno de sus siervos, «lo agarraron, lo apalearon y lo despidieron con las manos vacías» (Mc 12, 3). Igual con segundo y el tercero, rechazan y eliminan a los siervos enviados

Por último, sólo le quedaba su hijo querido, esta imagen del hijo del dueño de la viña es Jesús. La maldad de los viñadores se presta a ideas maquiavélicas, «El hombre se aleja del bien fácilmente por su egoísmo natural y sus propis inclinaciones» (Nicolás Maquiavelo)

Es increíble como el hombre inclinado al bien, por su naturaleza frágil se ve inmerso en la maldad, y toma las peores decisiones, adueñarse de la viña, «le reconocen este es heredero», y deciden no solo matarlo sino también borrarlo alejarlo de la viña, lo hemos escuchado en el texto «se apoderaron de él, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña» v. 9.

Dios intervine para salvar su viña, resucitó a su Hijo amado, y lo convierte en piedra angular del nuevo pueblo de Dios. «La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular» (Sal 118, 22)

La Palabra que hemos escuchado debe ayudarnos a producir en nuestra vida muchos frutos, empezando en la familia, la Iglesia y la sociedad.

En la vida cristiana, tenemos que dar buenos frutos, siendo fieles al cuidado delicado de la viña del Señor, dar abundantes frutos, eso espera el Señor de nosotros.

Para bien de la Iglesia, y nuestra propia salvación. Que así sea.

 

 

Reflexión del Evangelio del día San Marcos 10, 28-31.

Martes 30 de mayo de 2023

Reflexión del evangelio del día, Marcos 10, 28-31.

Octava semana del Tiempo Ordinario. Ciclo C.

Ayer veíamos como un joven se iba triste por no poder seguir a Jesús a causa de su apego a las riquezas, hoy el Señor nos hace una promesa al respecto, nos anuncia que el que deje todo, no sólo los bienes materiales, sino también los afectos, como la familia.

El Señor busca discípulos, seguidores, amigos. Su llamada es universal. ¡Es una oferta fascinante! El Señor nos da confianza. Pero pone una condición para ser discípulos, condición que nos puede desanimar: hay que dejar «casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio» (Mc 10,29).

Hoy Jesús nos invita a confiar en Él, sabemos que para Dios nada hay imposible y Él nos dará su gracia para dejarlo todo y seguirle, y, sobre todo, Él nos dará su gracia para soportar las persecuciones, el camino no es fácil, pero la fe nos dice que encontraremos la felicidad plena, como dice Pedro en otro lugar: “A dónde vamos a ir, tú solo, Señor, tienes palabras de Vida Eterna”

Hoy, Dios nos sigue buscando, nos sigue invitando a cambiar de rumbo, a que hagamos las cosas diferentes, a descubrir cuál es la voluntad de Dios en nuestra vida. Es bueno plantearse si nosotros podemos decir como Pedro: “Lo hemos dejado todo y te hemos seguido” Cada uno examínese y vea si realmente lo ha dejado todo o todavía tiene el corazón apegado a algo que le impide seguir al Señor con plena libertad interior. Optar por Cristo siempre será la mejor opción de nuestra vida, porque Él es el que da sentido a ella.

Para seguir al Señor, implica dejarse amar por Él y amarlo. Totalmente estar enamorado de Aquel que te da la vida.

En Cristo,

José Bismar Villagra

 

Memoria de la Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia.

Lunes 29 de mayo de 2023

VIII Semana del Teimpor Ordinario. Ciclo C

Autor. Padre Asdrubal de Jesús Zeledón Ruiz.

Reflexión del Evangelio de San Juan 19, 25-34.

Queridos hermanos, un día después de Pentecostés, la Iglesia celebra la memoria de María, Madre de la Iglesia. Instituida por S.S.P. Francisco, en el año 2018, el titulo María, Madre de la Iglesia, ya era usado desde el año 1964 cuando S.S.P. Pablo VI, durante el Concilio Vaticano II, declaró solemnemente: «Para gloria de la Virgen, y consuelo nuestro, proclamamos a María Santísima, Madre de la Iglesia»

Posteriormente, San Juan Pablo II en el año 1980, introdujo esta veneración a las letanías lauretanas “María, Madre de la Iglesia”. Y porqué un día después de la Solemnidad de Pentecostés, tiene sentido, porque eran los Apóstoles y la Bienaventurada Virgen María, estaban reunidos para esperar con ella el don del Espíritu Santo.

La Virgen María vivió de un modo único, la espera del Espíritu Santo. María ocupa un lugar privilegiado en la Iglesia, donde recibe de su Hijo Jesús el encargo de la Iglesia, «Mujer, ahí tienes a tu hijo, luego, dijo al discípulo amado, ahí tienes a tu Madre, y desde aquella hora, el discípulo la acogió como algo propio» Es decir, como Madre suya, modelo de fe y amor.

Cuando ya todo se había cumplido por voluntad del Padre, Jesús agonizando nos entrega lo más apreciado para Él, su Madre. Ante la figura de Juan, el discípulo amado, al pie de la cruz nos encontramos todos nosotros, su Iglesia.

También, Jesús nos dirige a cada uno de nosotros, “hijo ahí tienes a tu Madre” María, Madre de la Iglesia, es decir, Madre de todos los cristianos.

El estar de María en cada momento, ícono eminente y singular gracia, modelo de fe.

María estuvo siempre unida al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo en singular gracia, cuando en su seno purísimo en la Anunciación da su sí al Señor, hágase en mí según tu Palabra. Cfr. Lc 1, 26-38.

«Porque Ella, al aceptar la Palabra en su corazón Inmaculado, mereció concebir en su seno virginal, y al dar a luz a su Creador, preparó el nacimiento de la Iglesia». Prefacio III de Santa María Virgen. Igual al estar junto a la cruz, el encargo de su amor, recibió a toda la humanidad redimida por la Sangre de su Hijo Jesucristo.

Pedimos al Señor, la intercesión de María, Madre de la Iglesia, nos ayude a recordar que la vida cristiana debe estar siempre unida a Jesús, ella modelo de oración nos conceda a alcanzar los designios de Dios y con su gracia, respondamos con generosidad a su llamado.

Para bien de la Iglesia, y nuestra propia salvación. Que así sea.

Reflexión del Evangelio del día

Reflexión del evangelio del martes de la séptima semana de Pascua.

En el capítulo 17 del Evangelio de Juan tenemos un texto que conocemos como la oración sacerdotal de Jesús, una oración que dirige al Padre, donde Jesús proclama su fidelidad a Dios y afirma que lo ha glorificado sobre la tierra, coronando la obra que se le encomendó y comunicando las palabras que recibió.

Todo este Evangelio está marcado por la hora de Jesús que es la gloria de Dios: Jesús sabe que ha llegado la hora de su pasión y muerte y le pide a su Padre que le ayude a aceptar los sufrimientos para dar vida eterna a los hombres.

En los versículos del presente texto aparecen dos verbos: uno es glorificar y el otro es darse. Lo propio de Dios para toda la tradición bíblica es la gloria, esa gloria que nos va a perfeccionar y nos va a dar vida abundante.

El término gloria se refiere a la gloria que Jesús poseía en su preexistencia divina, o la gloria que le reserva el Padre desde toda la eternidad. Aunque Jesús pide su propia glorificación, no es que busque su gloria, sino que su gloria y la gloria del Padre, son una misma cosa.

El dar de Jesús es hacernos partícipes de todo lo que ha recibido del Padre. Y lo que en realidad desea es que lo conozcamos: conocer al Padre es tener una intimidad con Él. La gloria de Dios es la salvación del hombre y la salvación del hombre es conocer a Dios, y ese conocimiento en nosotros avanza en la unión de todo nuestro ser con Él.

Pidamos a Dios que envíe su Espíritu Santo para que, haciendo morada en nosotros, nos convierta en templos de su gloria y descubramos que la revelación viene a los hombres por Cristo.

Fuente: Escrito ha sido tomado textual del sitio. https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/