Bellísima hija de un rey Bretón del siglo IV, Úrsula aceptó casarse con un rey pagano con la condición de que aceptase la fe cristiana. Partió a su futura boda en Colonia con 11 vírgenes – que por un error se transcribieron como 11.000 – pero el encuentro con los Hunos de Atila causó su martirio.