Reflexión del Evangelio Lc 9, 28-36

II Domingo de Cuaresma                                       Ciclo C.

Pbro. Asdrubal de Jesús Zeledón Ruiz.

 

Queridos hermanos, la Palabra de Dios nos motiva a seguir el mismo camino de Jesús, la vía que nos lleva a la cruz, la glorificación del misterio de nuestra salvación.  Jesús se hace acompañar con tres de sus discípulos Pedro, Santiago y Juan, suben al monte tabor a orar.

Esta experiencia de Jesús con sus discípulos, debe motivar nuestra vida a dedicar un tiempo a nuestra oración personal. Esto es algo común en los creyentes al participar de una comunicación genuina con el Padre. La oración es necesaria y fundamental, gracias a esta acción el alma se alimenta y se prepara para hacer frente a la tentación.

Es necesario subir al monte, considerado el lugar privilegiado donde Jesús se transfigura delante de sus discípulos. Él transformará nuestra condición humilde según el modelo de su condición gloriosa. Cfr. Filipenses 3, 21. El monte, sinónimo de montaña suele ser un lugar de mucha tranquilidad, lugar propicio donde la persona puede orar y estar en la presencia de Dios, en el que podrá contemplar el misterio el Padre.

Dios Padre nos indica el camino al que estamos invitados participar junto a Jesús; después del primer anuncio de la pasión y su declaración para ser discípulo, es necesario seguir el camino de la cruz. La expresión del camino para alcanzar la vida hay que aceptar la cruz, «es necesario que el Hijo del hombre sea glorificado» (Lc 12, 23). La transfiguración de Jesús a sus discípulos deja claro la expresión anticipada de la gloria después de padecer.

Los discípulos van siguiendo a Jesús, pero su fe es pequeña, Él muestra su aspecto divino, junto a Moisés y Elías. Los discípulos al ver esta escena de gloria, uno de ellos, «Pedro le dice a Jesús: Maestro, está bien que nos quedemos aquí» (Lc 9, 33). Y lo que Jesús está haciendo es animarlos para que ellos recuerden para que, cuando vengan las horas difíciles de la pasión, recuerden aquella escena Él ya mostro su gloria.

Les invito en este tiempo de cuaresma a luchar el camino del vía crucis, el camino de la cruz, donde la generosidad renueve el camino de la glorificación de la cruz del Señor. Que así sea. ¡Para bien de las almas y nuestra propia salvación!

Bendiciones a todos.

Publicado en Sin categoría.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *