Reflexión del Evangelio del día Mt 8, 18-22.

Reflexión del Evangelio del día Mt 8, 18-22. XIII Semana del Tiempo Ordinario. Ciclo C.

Por el Pbro. Asdrubal de Jesús Zeledón Ruiz. Pastoral de comunicación Diócesis de Jinotega.

Queridos hermanos, reciban gracia y paz de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús, el Señor. El Evangelio de este día, suscita admiración, docilidad y confianza para responder con prontitud al seguimiento de Señor. El seguimiento de Cristo, implica abandono, renuncia para responder al llamado de Él, para vivir con Él y estar con Él.

Cuando Dios nos llama, espera de nosotros una respuesta generosa, renunciar a cosas buenas, por realidades mejores, ser partícipe de los misterios divinos, celebrar los sacramentos de salvación, acompañar a los fieles: la predicación, un consejo, una dirección espiritual, esta es la dinámica misión que Jesús continúa en la Iglesia. Las renuncias cuestan, y para dar este paso, hay que ser valiente, y decirle al Señor «Maestro, te seguiré donde quieras que vayas» Jesús exige libertad frente a las exigencias, «las zorras tienen madrigueras, los pájaros nidos, pero el Hijo del hombre, no tiene donde reclinar la cabeza».

El Señor nos promete vida eterna, pero no comodidades humanas, nos promete todo, pero no las ausencias de las dificultades. En el seguimiento del Señor hay momentos adversos, que suelen ser difícil y se asumen aceptando con generosidad la llamada de Cristo, siendo discípulo suyo participa en su vida y comunión, responde con alegría a la invitación de  seguir a Cristo.

El seguimiento del Señor no es fácil, hay muchas pruebas, pero estas, te haces fuerte para  seguir adelante, el abandonarse de las propias comodidades, fortalece tu llamada personal que Dios. De hecho, la vida y la filiación divina, la santidad, el servicio en la Iglesia, el amor, la libertad y la esperanza es donde el discípulo, comprende todo estos dones y llamadas.

Jesús nos invita a seguirle, clave que nos abre el secreto del Reino de Dios, exige y compromete imitarle en todo, tener los mismos sentimientos de Jesús. Los afanes del mundo son muchos y otros pueden responder a lo que el mundo exige, «Tu sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos», si usted decide seguir al Señor, no pongas excusas, las excusas no son válidas en el llamado de Dios, quien cuidará el campo que estabas trabajando, la administración de los bienes, si es que los hay, miles de cosas puedes tener, eso lo podrá hacer otra persona, son pocos los que eligen seguir al Señor, hoy el Señor se dirige a ti, déjalo todo, tu sígueme.

Dios nos conceda la gracia de perseverar en su llamada hasta el final. ¡Para bien de la Iglesia y nuestra propia salvación! Amén.

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