Santa Priscila nació en el siglo l, en el Imperio Romano.
Su nombre “Prisca” o “Priscila” es mencionado por las primeras autoridades del imperio.
En aquellos entonces San Pablo corría el riesgo de su muerte, lo cual muchas veces se sintió amenazado, pero Prisca en varios momentos decidió arriesgar su vida por él, es por esto que él se encuentra muy agradecido ante está Santa.
A continuación un poco de historia:
En Roma ha nacido una hermosa niña, que para ese entonces tenía tan solo 13 años, una niña llena de pudor, inocencia, paz y tranquilidad. El juez de ese entonces se ha dado cuenta que es una cristiana descubierta, le interesó poco, debido a que le parecía muy fácil convencerla para que ella se convierta y apostate.
Pensado esto, el juez le opina, que hará el sacrificio y solo pondrá poco incienso en el fuego y que todo habrá concluido. Pero entonces la niña le respondió: “YO SOLO SOY DE JESUCRISTO”.
Estaban probado la fidelidad de ella ante la voluntad del buen Jesucristo, salvador y redentor, pero ella seguía aferrada a su decisión, toda una niña de pensamientos firmes.
Al ver su capricho ante dicha circuntancia, las mismas personas de ahí le comentaban muchos halagos, diciéndole; que tenía una vida por delante, que era una niña muy bonita, que aún estaba a tiempo de cambiar su decisión, que le iban a ofrecer todo lo que ella deseaba con tal de que cambiara de opinión, que viviría en comodidades.
Pero todo esto es inútil, Prisca termina con su corta vida, con la cabeza cortada.
Sus reliquias se encuentran en Roma, iglesia que fue dedicada ella.
Fue enterrada en Vía Ostia el 18 de enero.
Se le conoce como la Santa y Mártir fiel, al amor de nuestro Señor, ejemplo de varias congregaciones, y vidas que dudan de su amor por Jesús.
