San Felipe Benicio

El propagador de la Orden de los Siervos de María.

Fue médico y filósofo por profesión poco tiempo más dedicarse a la vida consagrada

Durante ese tiempo, estudió las Sagradas Escrituras y, frecuentaba las iglesias de su ciudad natal, especialmente La Anunciata, que estaba a cargo de la Orden de los Servitas (siervos de María)

En una eucaristia San Felipe al escuchar la lectura en Hechos de los Apóstoles (8, 29) se tomó muy en serio las palabras en donde se habla sobre el encuentro y conversion de la Reina de Etiopía Cuando Felipe es instado por el Espíritu Santo para que evangelice al ministro de la reina de Etiopía con estas palabras: “Acércate y camina junto a su carro” y la Reina se Bautizo.

Este fue el parte agua de San Felipe Bonizio al llamado de la Vocación llegando a casa tuvo una visión Virgen, Madre de Dios, quien mostrándole el hábito negro de los servitas, le sonrió diciéndole: “Felipe, acércate y sube a este carro”. Comprendió entonces que la reina del cielo lo invitaba a ponerse bajo su protección.

Felipe pidió la admisión en Monte Senario Recibiendo el hábito de los hermanos lego. Los superiores le ordenaron trabajar en el huerto, pedir limosna y algunas tareas de más empeño en el campo. El las acepto con amor y tomando la oración en todo momento.

En 1267, por voto unánime, el santo fue elegido prior general de la orden religiosa. Como primera labor, visitó todos los conventos de la orden que estaban en el norte de Italia invitando a las gentes a convertirse y someterse a la protección de la Virgen Madre.

El santo tuvo un papel esencial en la pacificación de varios estados italianos que se hallaban enemistados. fue maltratado en Forli con insultos y golpes como respuesta a una predicación en la que defendió la moral frente a la depravación. Con su virtud arrebató el arrepentimiento y conversión de su ofensor Peregrino Laziosi, que luego sería ejemplar religioso servita. Su ayuda fue decisiva para que santa Juliana Falconieri pudiera fundar la Tercera Orden de las Siervas de María que impulsó por distintos puntos de Europa.

Felipe abrió en Todi una casa para mujeres arrepentidas de su mala vida. Dos de ellas, que se hallaban entre las primeras acogidas, anteriormente habían querido tentarle, y él las convirtió.

Abrazado a la cruz, sintiendo la presencia de María, murió el 22 de agosto de 1285. Clemente X lo canonizó el 12 de abril de 1671.

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