Reflexión del Evangelio de Lc 6, 1-5

Sábado 03 de septiembre de 2022.

Reflexión del Evangelio de Lc 6, 1-5. XXII Semana del Tiempo Ordinario. Ciclo C.

Por el Padre Asdrubal de Jesús Zeledón Ruiz.

Tus discípulos hacen cosas que no les está permitido hacer en sábado”.

Queridos hermanos, ¿Cuántas veces nos hemos comportado como los fariseos, criticando a los demás? Los fariseos se creen perfectos, cumplidores de la ley, sin embargo, en la práctica no la viven. Los fariseos son expertos en atacar a Jesús, por qué tus discípulos hacen cosas, que no está permitido hacer en sábado.

El día sábado para un judío es lo más sagrado, ya que, según el libro del Génesis nos relata la creación, todo cuanto existe, «el séptimo día Dios terminó lo que había hecho, y descansó. Entonces bendijo el séptimo día y lo declaró día sagrado, porque en ese día descansó de todo su trabajo de creación» (Gen 2, 2-3). Igual, el día sábado es considerado el día de la salvación, liberación de la esclavitud del pueblo de Israel, es decir, celebración, liberación, salvación.

Entonces, Jesús vino a transgredir la ley, no, todo lo contrario, vino a darle plenitud. Jesús no piensa como ellos, tiene su propia actitud para corregir a los fariseos, Jesús va hacer que esa ley, el cortar y comer las espigas, una ley basada en falsas interpretaciones. Los discípulos del Señor comen las espigas porque tienen hambre, y Jesús confronta esta acción, superando la lógica de los preceptos.  De nada nos sirve tener muchas leyes, si nuestro corazón está lejos del amor de Dios.

Jesús asume su modelo de libertad, frente a las tradiciones y leyes de los fariseos las interpreta y hace nueva las cosas. «El Hijo del Hombre es Señor del sábado» El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo. En síntesis, Jesús no somete el hombre a la ley, sino que la ley sirva para el hombre.

Dios nos conceda a todos, hacer algo en favor de los demás, cumplamos los mandamientos de Dios, llevándolos a la práctica, haz el bien, no des lugar a las críticas, pues la persona dado a las críticas pierden la comunión con Dios y con los hermanos. ¡Para bien de la Iglesia y nuestra propia salvación! Amen.

Publicado en Reflexión del Evangelio.

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