Santo Tomás Becket

El 29 de diciembre la Iglesia celebra la santidad de Tomás Becket, nace en Londres en 1118, hijo de un empleado oficial, sus primeros años fue educado por los Monjes del convento  de Merton. Tomás tenía ambición, audacia, belleza y un destacado gusto por la magnificencia, cuando era necesario sabría ser valiente, sobre todo cuando se trataba de defender los derechos del príncipe quien era su amigo en lo momento de diversión.

El arzobispo Teobaldo muere en 1161 y el rey Enrique II, gracias al privilegio que le había concedido el Papa, pudo elegir a Tomás Becket, como primado para la sede Cantorbery, nadie, ni el rey se imaginó que un personaje tan mencionado se iba a transformar inmediatamente en un gran defensor de los derechos de la Iglesia y un celoso por las almas. Por su parte, Tomás le había advertido al rey, “Señor, si Dios permite que yo sea arzobispo de Canterbury, perderé la amistad de vuestra majestad”.

Ordenado sacerdote el día 3 de junio de 1162 y consagrado arzobispo el día siguiente, Tomás no tardó tener enemistad contra el rey Enrique II, quien se opuso en tres ocasiones: cuando quiso aumentar los impuestos, cuando quiso juzgar a los sacerdotes en lugar del arzobispo y cuando quiso decretar una ley en la que la Iglesia debería someterse al gobierno civil y aceptar que fuera el rey, quien eligiera los cargos.

Ante esta firmeza, le trae consecuencia en su vida pastoral, es expulsado del país y le confiscaron todos sus bienes. Su santidad el Papa Alejandro III, consigue la reconciliación entre el rey y el arzobispo, sin embargo, el miedo no nos puede hacer perder la justicia, cuatro sicarios del rey llegaron a la catedral, el santo revestido son sus ornamentos sagrados, oraba junto al altar donde lo asesinaron a cuchilladas. Su ejemplo de vida, lo lleva a decir: “Muero a gusto por el nombre de Jesús y en defensa de la Iglesia Católica”.

Muere el 23 de diciembre de 1170, tres años después, el Papa Alejandro III, lo inscribió en la lista de los santos.

Para alabanza de Cristo, Amén.

Inicio del Proceso Sinodal

EL PAPA FRANCISCO CONVOCA A SÍNODO AÑO 2021-2023.

La sinodalidad en la vida y en la misión de la Iglesia

“Sínodo” es una palabra antigua muy venerada por la Tradición de la Iglesia, cuyo significado se asocia con los contenidos más profundos de la Revelación. Compuesta por la preposición σύν, y el sustantivo δός, indica el camino que recorren juntos los miembros del Pueblo de Dios. Remite por lo tanto al Señor Jesús que se presenta a sí mismo como «el camino, la verdad y la vida» (Jn 14,6), y al hecho de que los cristianos, sus seguidores, en su origen fueron llamados «los discípulos del camino» (cfr. Hch 9,2; 19,9.23; 22,4; 24,14.22).

La Iglesia de Dios es convocada en Sínodo. El camino, cuyo título es «Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión», se iniciará solemnemente el 9-10 de octubre del 2021 en Roma y el 17 de octubre siguiente en cada Iglesia particular. Una etapa fundamental será la celebración de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en el mes de octubre del 2023, a la cual seguirá la fase de actuación, que implicará nuevamente a las Iglesias particulares (cf. EC, art. 19-21).

Con esta convocatoria, el Papa Francisco invita a toda la Iglesia a interrogarse sobre un tema decisivo para su vida y su misión: «Precisamente el camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio». Este itinerario, que se sitúa en la línea del «aggiornamento» de la Iglesia propuesto por el Concilio Vaticano II, es un don y una tarea: caminando juntos, y juntos reflexionando sobre el camino recorrido, la Iglesia podrá aprender, a partir de lo que irá experimentando, cuáles son los procesos que pueden ayudarla a vivir la comunión, a realizar la participación y a abrirse a la misión. Nuestro “caminar juntos”, en efecto, es lo que mejor realiza y manifiesta la naturaleza de la Iglesia como Pueblo de Dios peregrino y misionero.

El camino sinodal durará tres años, articulado en tres fases: diocesana, continental y universal. La Iglesia desea realizar un proceso sinodalidad integral, es decir, un camino común en el cual todos avanzamos juntos nos escuchamos y vamos discerniendo a la luz del Espíritu Santo y la Palabra de Dios.