VIERNES DE LA VIGESIMOSEXTA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Memoria de San Gerónimo
Reflexión del Evangelio del día

Evangelio de San Lucas 10,13-16
¿Por qué habla Jesús con tanta dureza de Corozaín, de Betsaida, de Cafarnaún? ¿Qué quiere
decir Jesús? La condena de estas tres ciudades ha de ser entendida en diferentes ámbitos.
Jesús subraya, en primer lugar, que estas ciudades no han escuchado la Palabra que él ha
predicado, o sea, la gracia del Evangelio, la invitación a la conversión que él ha traído. En
segundo lugar, Jesús pone de relieve, trágicamente, que los suyos le han abandonado. Quizás
advierte la hostilidad del pueblo. Las antiguas ciudades paganas de Tiro y Sidón tendrán un
juicio menos severo que el pueblo de Israel. Por último, en un tercer ámbito, Jesús prevé
también que el Evangelio superará las fronteras de Galilea, que llegará a los gentiles, mientras
que -por desgracia- las ciudades que fueron las primeras en recibir su mensaje se quedarán
encerradas en un judaísmo anticristiano.

El texto se convierte en un aviso no sólo para todo el pueblo de Israel, sino también para
todas aquellas personas que se excluyen de la gracia del Señor y caen en la hipocresía y en
la resistencia puestas de manifiesto por los «ayes». Puede decirse que Jesús pretende censurar
el único gran pecado, el imperdonable, ése contra el Espíritu Santo: cerrar los ojos a la
manifestación de la gracia, a la oferta de perdón. Ése es el gran riesgo que corre la misión
cristiana. Jesús lo ha dicho con claridad: «Quien os escucha a vosotros a mí me escucha;
quien os rechaza a vosotros a mí me rechaza».

Pidámosle al Señor que no seamos sordos a su voz, que abra nuestra mente y nuestro corazón
para acoger su palabra y para extender el evangelio a los demás, mediante la fe, la esperanza
y la caridad, y así cumplir la voluntad del Padre.

Publicado en Reflexión del Evangelio.

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