
Martes 15 de marzo de 2022. Ciclo C
II Semana de Cuaresma
Pbro. Asdrubal de Jesús Ruiz
Queridos Zeledón hermanos, reciban gracia y paz de Dios nuestro Padre y de Jesucristo el Señor (Fil 1, 2).
En el Evangelio de hoy, Jesús se dirige a la multitud y a sus discípulos con una doble enseñanza: la incoherencia de vida y la ostentación y vanagloria de los escribas y fariseos.
Jesús inicia su mensaje con una advertencia: «Hagan lo que ellos predican, pero no imiten las obras de su vida» (Mt 23, 3). Estos eran expertos en hablar de una manera y vivían de otra. El testimonio es importante en la vida del cristiano, para los maestros de la ley y los fariseos su vida y testimonio queda en descubierto ante la comunidad, la incoherencia de su existencia.
Jesús señalará: «colocan cargas pesadas a otros (mandatos y preceptos), pero ellos, no están dispuestos a cargar ni con uno solo dedos de su mano, las cargas imposibles en las espaldas y en los hombros de los demás» (vv.4). Por último, Jesús termina afirmando: todo lo hacen los fariseos por vanidad y apariencia, para que la gente los vea y sean reconocidos.
Todos corremos el riesgo de ostentar títulos honoríficos para ser reconocidos en la sociedad. Hay cosas que son más importante en la vida, hacer el bien al hermano, cuidar de los más indefenso en la sociedad, velar por el bien común de todos, te aseguro que esto, sí agradará al Señor, que andar buscando títulos honorables que sólo le pertenecen a Dios Padre, el gran padre, el gran maestro, el gran guía de todos, es el Padre Dios.
Por encima de todo, el respeto seguirá siendo esencial en la comunidad, en la Iglesia y la sociedad. Esta es la máxima expresión de su mensaje, siendo uno de los grandes ejes de la vida cristiana. «Que el mayor entre ustedes, sea el servidor de todos». Que en la vida cotidiana, evitemos la ostentación y la falsedad, a fin de dar un auténtico y humilde testimonio de fe. ¡Para bien de las almas y nuestra propia salvación! Que así sea.
Dios les bendiga a todos.